sábado, 16 de abril de 2011

Cuiden a sus hijos de Disney


Como primer entrada, re-publico el artículo que escribí y apareció en el número 1 de la revista Maremagnum en julio de 2010:

Lo que les voy a platicar es un caso de la vida real, no crean que lo vi en "Lo que callamos las mujeres", ni en "Mujer casos de la vida real", mucho menos lo saque de un episodio de la Srita. Laura, es algo que viví en carne propia y que fue un duro golpe a mi alma.
Es algo en lo que caí en la cuenta de una manera poco agradable, como suelen ser los aterrizajes a la realidad.
Les cuento:
Estaba haciendo actividades cotidianas indispensables para vivir (lavando ropa), de lo mas tranquila y relajada agradeciendo a Dios por la creación de semejantes maravillas como lo son la secadora y la lavadora. Mientras la bendita tecnología aligeraba el trabajo, me senté a ver una película para matar el tiempo, mi preferida en la gama de infantiles: "La bella durmiente". Estaba por terminar, en la parte donde el príncipe Felipe rescata a la santa mujer etc., etc. Aclaro que siempre fue mi princesa preferida, cuando era pequeña en verdad creía que encontraría un príncipe, claro que no esperaba que tuviera que luchar contra un dragón ni cometer actos de homicidio contra brujas, es más, no tenia que subir a un castillo ni atravesar millones de espinas, uno está ahí, a la vista del público en el mostrador, para que no le costara trabajo al pobre hombre, pero de pronto llegó a mi conciencia algo, un destello y comparé la realidad con lo que alguna vez anhelé, y ¡oh golpe bajo! caigo en la cuenta de que cuanto angelito se cruza en mi camino o en el de mis amigas distan mucho del muy guapo y ponderado príncipe Felipe. Se me hizo un nudo en la garganta, fue un golpe muy duro ¡Que manera de ilusionar a las pobres niñas! Luego por que les va como en feria.
A partir de esta reflexión llego a la siguiente conclusión: deben prohibirse las peliculas de Walt Disney. !Pobres niñas! No es justo  que les hagan creen a las inocentes que van a encontrar al hombre, guapo, con dinero que va a arriesgar su vida por ellas, y que serán capaces de salvar todos los obstáculos con tal de estar con ellas. Ya que se den de santos con que:
1. Sean heterosexuales (aplica sobre todo a las habitantes de Guadalajara)
2. Sean solteros
3. Y no sean padrotes

En fin, ojalá que el presente escrito les sean de utilidad y cuiden a sus niñas, para que no le pase como a la amiga que seguramente todos tenemos.

PD. Y para las que están muy enamoradas: cuiden a su hombre porque hay mucha zorra suelta, y ¡Felicidades!, que les dure para siempre y les aplique el tan sonado: '...y vivieron felices el resto de sus días.'

Hasta ahi termina el artículo que escribí. mi percepción ha cambiado un poco y aunque sostengo que no deben de idealizar ni vender la figura del hombre ideal, creo que la raíz de este asunto es aprender a vivir con nosotros mismos, y no buscar fuera lo que no tenemos dentro. Que somos complemento y que nadie salva a nadie, es cuestión de compartir lo que somos con alguien mas. Somos la felicidad que seamos capaces de proveernos. Y los únicos responsables de lo mismo somos nosotros mismos.

1 comentario:

  1. Lo peor es que las películas de Disney también afectaron a los hombres de esas generaciones. La mayoría buscan a la damisela en peligro a la cual rescatar -de qué, quién sabe, pero de algo han de rescatarla-.

    Entonces cuando se encuentran con una mujer independiente que no necesita ser rescatada de ningún peligro mortal... no les interesa. No reparan en que esa mujer, por más independiente y autosuficiente que sea, necesita amor y necesita sentirse protegida por su pareja (aunque no haya dragones o brujas malas a la vista).

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