Regularmente el momento que mas ansiedad o tristeza nos causa es en el momento que miramos alrededor y nos damos cuenta que no hay nadie. Es cuando nos damos cuenta que ha llegado el momento de enfrentarnos a nosotros mismos. Y si bien, aun cuando somos lo único seguro y permanente que tenemos hasta el final de nuestros días, somos a quienes con mas frecuencia rehuimos tratando de encontrar en los demás nuestras carencias, haciendo responsables a los otros de lo que es exclusivamente nuestro asunto.
Pero si nos damos este cuenta este temor lo traemos implícito desde el lenguaje, la palabra "Sola" la catalogamos como algo malo, siendo que jamás estamos solos al por lo menos estar con NOSOTROS MISMOS.
Creo que el miedo a enfrentarnos a nosotros mismos radica en que a nosotros somos las únicas personas que no podemos engañar, y a las que realmente debería de importarnos decepcionar.
Es impresionante como podemos pasar toda una vida sin estar con nosotros mismos, darnos la oportunidad de conocernos, de saber que es lo que nos hace disfrutar o que es lo que no nos gusta tanto. Podemos llegar a tener un millón de amigos, (según es el deseo de Roberto Carlos) pero creo que la mayor conquista, citando al proverbio, es la conquista de nosotros mismos.
Así que tomémonos un minuto, hagamos un alto en nuestras vidas y ocupaciones, y tengamos la gentileza de saber quienes somos, qué es lo que queremos, cuales son nuestros sueños aspiraciones y... ¿por qué no? Hasta invitarle a tomar un café.
Esta acción requiere de un gran valor, estaremos frente a nuestro principal juez y objeto de nuestra responsabilidad.
Buena suerte en la conquista y objeto, desde mi punto de vista, de nuestras vidas.
